Esta leyenda nos relata
el abandono de dos niños en la selva que perdieron a la mamá, y la
madrasta en convenio con el papá toman esta terrible determinación de
llevar a dichos niños a la montaña simulando un paseo, y los dejaron a
la suerte. Dichos niños se convirtieron en pajaritos y en una noche de
luna salieron de la montaña alzando vuelo se pozaron en el techo de la
casa de la madastra y tristemente emitieron su canto: Ayaymama, Huischuhuarca, que quiere decir: Nuestra madre ha muerto y nos abandonaron.
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